Puedes Empezar Hoy

Deja de Enfermarte , porque Tú tienes todo el poder dentro de Ti.  Con Amor, María D. Gracias de nuevo, Fernando. Fuente: FVCTRADER

GLÁNDULA PINEAL ES NUESTRA CONEXIÓN CON EL CENTRO DEL MULTIOMNIVERSO La Glándula Pineal se compone de varios centros informativo-energéticos o compartimentos que al igual que un disco duro de ordenador está desfragmentado en varias secciones en las cuales están ubicadas las informaciones que provienen del centro del multiomniverso y las concernientes instrucciones para el desempeño del trabajo a realizar en el plano donde el ser esta encarnado. Esta glándula se corresponde con el Chakra 7 . Posee unos centros cristalinos que alineados y activados desarrollan una energía y una sintonización de frecuencias vibracionales a modo de antena multiomniversal que te pone en contacto con altas frecuencias vibracionales. La glándula pineal actúa como llave decodificadora que utilizada correctamente te abre al pleno desarrollo y conocimientos tanto del cuerpo físico como del cuerpo de la Luz. Por eso tan valiosa y tan codiciada su total activación .

Han pasado varias semanas sin que llegaran a mí imágenes y pensamientos que me llenaran.Y como suele pasarme, después de cierta oscuridad, con un poco de calma llega la Luz. Aqui dejo unas nuevas imágenes para invitaros a reflexionar. Espero que resuenen en vuestro interior. Quedan unidas al resto de imágenes en la página Reflexiones . Con Amor, María D.

Para liberar y dejar atrás el pasado es preciso estar dispuestos a perdonar, aun cuando no sepamos cómo hacerlo. Perdonar significa renunciar a nuestros sentimientos dolorosos y sencillamente dejar que lo que los provocó se marche. Un estado de no perdón efectivamente destruye algo dentro de nosotros . Sea cual fuere la senda espiritual que sigues, lo normal es que descubras que el perdón es un asunto importantísimo en cualquier momento, pero sobre todo cuando hay una enfermedad. Cuando estamos enfermos es preciso que observemos lo que nos rodea y veamos qué necesitamos perdonar. Generalmente sucede que aquella persona a la que pensamos que jamás vamos a perdonar es precisamente la que más necesitamos perdonar. No perdonar a una persona no le causa el menor daño a ella, pero a nosotros nos provoca estragos. El problema no es de ella. El problema es nuestro.