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Cómo Guiar a tus Hijos Hacia el Éxito y la Realización Personal "Las Siete Leyes Espirituales habrán de expresarse en un lenguaje diferente, menos abstracto, para exponérselas a un niño. Afortunadamente, estas Leyes se pueden expresar de tal modo que hasta un niño pequeño puede llevarlas consigo en su mente y en su corazón: 1ª TODO ES POSIBLE.  2ª SI QUIERES RECIBIR ALGO, ENTRÉGALO.  3ª CADA VEZ QUE TOMAS UNA DECISIÓN, CAMBIAS EL FUTURO.  4ª NO DIGAS QUE NO; DÉJATE FLUIR.  5ª SIEMPRE QUE QUIERES O DESEAS ALGO, SIEMBRAS UNA SEMILLA.  6ª DISFRUTA DEL VIAJE. 7ª ESTÁS AQUÍ POR UN MOTIVO.  "El día que escribí estas breves frases no dediqué mucho tiempo a pensar en ellas, pero después me di cuenta de que si a mí me hubieran enseñado estas siete frases cuando era niño, mi vida habría sido profundamente diferente. Yo habría sabido algo precioso y práctico al mismo tiempo, algo que no habría ido olvidando como las lecciones de la infancia,

- El IQ de las relaciones Debido a que nuestras energías actuales colocan a las relaciones en el foco de atención repetidamente, utilicen este tiempo para reflexionar respecto a cómo pueden desarrollar más maestría conscientemente en relación con los demás. ¿Sabían que en cualquier momento dado con cualquier relación clave, están eligiendo cómo responden a la otra persona? Eso puede parecer obvio. Continúen leyendo sin embargo, para un panorama más completo de la dinámica de poder en las relaciones. - Decir ‘Sí’ con Mudez Pueden decir ‘sí’ a la dinámica de una relación disfuncional, manteniéndola activa simplemente quedando mudos y aceptando el estatus quo. No se juzguen pero observen el condicionamiento que provoca su mudez. Si han aprendido a descartar la confrontación – quizás dudando de que se puedan expresar de forma amorosa y temerosa del rechazo – pueden permanecer silenciosos aun cuando dentro de ustedes estén como una bola de fuego ardiente a punto de explotar.

Da igual el día que sea, al Amor el tiempo no le importa.... Con Mi Amor, a todos los verdaderos Amantes. M María D. fuente: Fernando Valero Imprimir el artículo

Vivimos en un momento de crisis. Esto no es nada nuevo - siempre hemos vivido en un momento de crisis. La crisis es simplemente el paso de la forma, la distancia de caída de las estructuras que una vez - a nuestro juicio - nos apoyó, y una apertura a la novedad. Puede ser una muerte desde una perspectiva, pero también es un nacimiento, aunque tal vez dolorosa. El auto separado, que se alimenta del miedo y el apego y el status quo de su "historia", se aleja de cualquier tipo de inestabilidad o incertidumbre. Pero la crisis, de hecho, no significa "desastre", pero "punto de inflexión". No puede haber ningún cambio real sin crisis. No es extraño que el yo separado teme crisis - se teme su propia desaparición. El Desconocido es su pira funeraria. En medio de la crisis personal y global, hay una tentación de darse por vencido, a cerrar, a suspirar por las viejas formas, de aferrarse cada vez más estrechamente a lo que está tratando de salir. En nu